Es cierto que desde los finales de la década de los ochentas nos hemos enfrentado a un crecimiento económico magro. ¿Por qué? Claro que varios son los factores, pero pienso que todos se reunen bajo la falta de un cambio estructural en nuestro modelo económico.
Si queremos que nuestra economía se desarrolle no debemos pensar solamente en los sectores clave por separado. Como en la Gestalt, el conjunto es más que la suma de sus partes. Así, el análisis de la economía mexicana pensado solamente desde el sector tecnológico o las divisas, o la educación, limita la visión a una pieza. Saber aprovechar los recursos y efectos de estas áreas se vincula directamente en como admnistrarlos; la dinámica de un nuevo modelo económico debe buscar integrar nuevas formas de producción, oportunidades de inversión en exportaciones que sean sustentables, fomentar el mercado interno.Una planeación inteligente ha sido el problema de nuestras últimas administraciones.
Desde que surgio el gobierno post revolucionario los modelos han funcionado gracias a la explotación de sectores en beneficio de otros. De esta manera, el campo fue abusado primero; luego olvidado con miras a la dependencia única en una base industrial moderna. El resultado de todo esto ha sido un sistema distributivo desigual pero, más estúpido aún, una economía no sustentable. Tenemos éxito a ratos, pero de corta duración y que terminan por desplomar nuestra supuesta estabilidad. Entonces, pienso, debemos fijar nuestra atención en un modelo económico que sea capaz de aprovechar dinámicamente nuestras diferentes fuentes de riqueza. Diversificar la economía. El hecho es que hay que observar a todo el conjunto. Pienso que olvidarnos de que una economía debe estar ramificada para tener varias oportunidades de desarrollo y equilibrio ha sido la principal causa de nuestro estancamiento. Para una economía nacional sana, debemos buscar un modelo económico con estas capacidades.
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