miércoles, agosto 31, 2005

Las cabezas las tenemos llenas de demostraciones sobre el beneficio comercio internacional: unas son sosas, otras más inteligentes.

Pero sobre todo ahora, a pesar de una trayectoría de siglos, se nos amontonan los discursos que legitiman el intermcabio de bienes y servicios entre países. Aún así, la verdad es que, como muchas otras cosas, este intercambio tiene su aspecto negativo que desplazan, incluso, a sectores laborale svulnerables de uno de los países promotores de estas políticas comerciales: Estados Unidos; para enfrentarlo con otro país que empieza a hacer ruido por su fuerza laboral multitudinara: China.

Este hecho es particularmente en importante en Carolinas, Tennessee, Georgia y Alabama, donde algunas industrias textiles han enfrentado fuertes pérdida con la entrada de Pekín en la Organización Mundial del Comercio. Solamemte durante la última administración del presidente George W. Bush, 350 mil empleos textiles -casi la tercera parte del total- se han perdido. Se prevé que otros 400 mil desaparecerán hacia finales de la década.

Todo esto gracias a el desgaste sufrido por la indsutria del vestido y al creciente control ejercido por china en este mercado, pues la principal ventaja comparativa china, como señaló la AFL-CIO en marzo pasado en una petición dirigida al representante comercial estadunidense para que promoviera los derechos de los trabajadores fabriles chinos, surge de la "incesante represión de los derechos de los trabajadores" y la despiadada explotación de unos 100 millones de inmigrantes rurales.

Así, podemos obsevar como es que la ventaja comparativa de China termina por vulnerar a los trabjadores textiles. Que no todo el comercio global termina por beneficiar a TODOS los sectores de la sociedad.

Bibliografía:
http://www.jornada.unam.mx/2004/08/28/022a1eco.php?origen=opinion.php&fly=1

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