De los 10 principios de la economía que Mankiw avala, he diferido en el siguiente postulado: “El Estado puede mejorar a veces los resultados del mercado”. Ciertamente el papel del Estado siempre debe ser proteger los intereses de todos sus individuos y promover equidad entre ellos, sin embargo, no siempre sucede esto.
Una de las últimas controversias en el senado de la república fue el aprobar o no la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión (LFRyT) –previamente aprobada por la cámara de diputados–, cuya fama le otorgo el nombre de “La Ley Televisa”. Esta modificación a la LFRyT propicia el futuro de la televisión y de las comunicaciones del país en favor de Televisa. Más tarde, después de disputas en el senado, fue aprobada.
El senador priísta Manuel Bartlett Díaz, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo el 18 de agosto de 2006: “La ley Televisa está destinada a imponer el sigilo en los asuntos públicos, la mentira y la manipulación televisiva por parte de quienes sólo quieren defender sus intereses personales”.
Por la anterior, el Estado no protegió los intereses de los mexicanos pues ha impedido, por lo menos hasta el 2021 y muy aparte de las consecuencias políticas que puedan suscitarse a partir de esta reforma, el surgimiento de nuevas empresas de comunicación que podrían favorecer a los mexicanos para reducir el costo de los servicios que ofrece este sector, pues sabemos bien, como en uno de los principios que Mankiw se expone (el quinto), que la competencia reduce el costo de algún producto o servicio.
Por tanto, el principio de Mankiw por el cual he escrito esta crítica no garantiza que todo Estado protege y propicia una mejor eficiencia y equidad en la economía. Aclaro, aunque este postulado contiene la frase “a veces” el autor asegura que cuando el Estado interviene en la economía únicamente debe hacerlo por dos razones: fomentar la eficiencia y la equidad.
Una de las últimas controversias en el senado de la república fue el aprobar o no la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión (LFRyT) –previamente aprobada por la cámara de diputados–, cuya fama le otorgo el nombre de “La Ley Televisa”. Esta modificación a la LFRyT propicia el futuro de la televisión y de las comunicaciones del país en favor de Televisa. Más tarde, después de disputas en el senado, fue aprobada.
El senador priísta Manuel Bartlett Díaz, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo el 18 de agosto de 2006: “La ley Televisa está destinada a imponer el sigilo en los asuntos públicos, la mentira y la manipulación televisiva por parte de quienes sólo quieren defender sus intereses personales”.
Por la anterior, el Estado no protegió los intereses de los mexicanos pues ha impedido, por lo menos hasta el 2021 y muy aparte de las consecuencias políticas que puedan suscitarse a partir de esta reforma, el surgimiento de nuevas empresas de comunicación que podrían favorecer a los mexicanos para reducir el costo de los servicios que ofrece este sector, pues sabemos bien, como en uno de los principios que Mankiw se expone (el quinto), que la competencia reduce el costo de algún producto o servicio.
Por tanto, el principio de Mankiw por el cual he escrito esta crítica no garantiza que todo Estado protege y propicia una mejor eficiencia y equidad en la economía. Aclaro, aunque este postulado contiene la frase “a veces” el autor asegura que cuando el Estado interviene en la economía únicamente debe hacerlo por dos razones: fomentar la eficiencia y la equidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario