jueves, agosto 25, 2005

El egoísmo y la desunión: los grandes problemas de América Latina


Es obvio que los grandes problemas de América Latina son la pobreza, el abandono del campo, las guerrillas, las migraciones, etc. Todos ellos tienen muchas causas, sin embargo, me parece que las dos más importantes son el egoísmo y la desunión.

Ahora intentaré explicar a qué me refiero con egoísmo. En cuanto a la clase gobernante, es la eterna búsqueda de poder; así como anteponer los intereses de su partido a los de su nación. Los ciudadanos comunes por su parte, buscamos sólo el beneficio personal, y preferimos sacrificar a la patria antes que hacer nosotros un sacrificio. Este egoísmo me parece que es la causa de problemas como la evasión fiscal, el contrabando, la economía subterránea, la corrupción, las malas políticas gubernamentales, etc. Puede parecer que proponer el egoísmo como una causa de los grandes problemas de la región es algo tonto, pero si lo analizamos a fondo resulta un poco más lógico; por ejemplo, si un gobernante se preocupara por el país y no por su popularidad, evitaría las acciones erróneas (pero populares) y elegiría las adecuadas (aunque fueran impopulares); si un ciudadano renunciara a su egoísmo y buscara el beneficio de todo el país, no permitiría la corrupción, la economía subterránea y/o no evadiría impuestos.

La otra gran causa es la desunión. Soy de la idea de que una América Latina unida puede ser un contrapeso contra otras grandes regiones del planeta, así como ayudar al desarrollo de todos los países que la conforman; no deseo un solo país, ni planteo que América Latina puede ser un bloque tan estrecho y en cierta forma homogéneo (económicamente hablando) como la Unión Europea, pero sí creo que, si perdemos la desconfianza que hay entre los países de Latinoamérica, buscamos acuerdos entre nosotros (y no sólo con las grandes potencias) y nos apoyamos mutuamente, podemos lograr salir adelante. No debemos olvidar que tenemos un pasado común, el cual, queramos o no, nos une en cierta manera. Creo firmemente que la respuesta no se encuentra en los países más alejados y diferentes, sino en nuestros vecinos, similares a nosotros.

Es necesario que, como individuos, dejemos de ser egoístas y pensemos en el crecimiento de nuestro país; y que, como país en general, nos preocupemos también de las demás naciones de América Latina. Debemos acabar con la división que existe si deseamos un verdadero desarrollo; de forma individual puede que no tengamos gran influencia en el mundo, pero unidos podemos ser un bloque muy fuerte.

1 comentario:

Héctor Flores dijo...

Claro que el problema de coordinación es grave. No sé si sea el más apremiante de una economía que es mucho más sensible a la circulacíón de materias, bienes, servicios, monedas y billetes. Pero me gusta la idea de explorar otras raíces del problema que sean más modernos, en el sentido de una necesidad de Estados-Nación que logren una cooperación interna.