domingo, agosto 28, 2005

Apatía y falta de recursos

Creo que uno de los principales problemas en Latinoamérica es la falta de interés por parte de la sociedad en un bien común. Nuestra sociedad se aleja cada vez más de el bienestar de la comunidad enfocándose en un bienestar individual. Dicha indiferencia por el bien común provoca ciertamente las condiciones en las que nos encontramos . Esta apatía tiene dos principales repercusiones, una en materia de política y la otra en materia económica, aunque ambas están estrechamente relacionadas

La gente presenta apatía en la política debido a diversas causas históricas, el problema es que mientras no surja un interés comunitario seguiremos bajo las mismas condiciones. Es necesario que la gente tome conciencia y participe en beneficio de una sociedad. Asimismo, la apatía económica que en general los integrantes de nuestra sociedad presentan, lleva a conformar una sociedad mediocre y con pocas posibilidades de crecimiento. Entiéndase como apatía económica la mentalidad en la que el individuo decide esforzarse minúsculamente para sólo obtener satisfacer necesidades básicas.

Otro de los principales problemas es claramente la falta de recursos económicos que presenta el hombre latinoamericano, Si bien es cierto que la apatía es un impedimento en las posibilidades de crecimiento el otro impedimento es la falta de recursos. Es necesario que el ciudadano tenga un apoyo por parte del gobierno en cualquiera de las materias que se va a especializar. Es por eso que creo importante apoyar proyectos creativos e inteligentes de la sociedad tanto para fomentar el interés por la sociedad como para impulsar la economía .

2 comentarios:

Gragrofe dijo...

Yo creo que eso es una forma muy europea o muy nórdica de ver el problema.

Es cierto que en muchos países donde tienen una sociedad interesada mejorar el bienestar de la comunidad, tienden a formar mejores gobiernos y a ser más prósperos, pero la pregunta es: ¿Cómo hacer para que surja una sociedad interesada en los asuntos públicos en México?

En esos países, el interés por el bien común surgió por el deseo de los individuos de proteger sus intereses comerciales de la ingerencia del Estado o de los indiviuos de otros países en la lógica de "si me alío con mis paisanos, puedo cuidar mejor mi riqueza que si estoy yo solo".

Pero esa riqueza fue amasada gracias a las ventajas que sacaron sobre otros pueblos y no de una competencia comercial amistosa.

Los países europeos, por ejemplo, necesitaron varios siglos, decenas de colonias, un par de guerras mundiales y cometer cientos de crímenes contra la humanidad para poder ser los países prosperos y preocupados por todos los males del mundo que son ahora.

Pero ahora esos países (arrepentidos) han cambiado la lógica y quieren un comercio regido por reglas donde nadie se pase de listo y donde se respete la autodeterminación de los pueblos.

¿Así cómo pueden los países pobres o en vías de desarrollo modernos crear una mentalidad semejante, si ya no existen pueblos qué oprimir ni mercados qué invadir?

Entonces, parece que en los tiempos modernos, la única solución para nosotros si queremos ser capaces de competir y hacernos de una gran fortuna, no es crear un respeto por el bien común, sino la opresión de nuestros propios pueblos, tal como ocurre en China.

Héctor Flores dijo...

Berenice tiene razón en el hecho de apuntar hacia nuestra falta de proyecto nacional, sobre todo, el económico. Muchos son los casos en que después de un escenario donde todo parece estar podrido, se levanta un proyecto nacional que coordina voluntades: España, saliendo del franquismo, busca la integración (si bien no la más virtuosa) con la UE y como se ve, ha podido avanzar algo. Y, aunque Alberto hace bien en preguntar como levantar concretamente una comunidad entre los mexicanos, la opción de un plan económico nacional no debe parecernos repulsiva sólo porque el hombre es egoísta. Quiero decir, los grandes mercados de hoy se levantaron y funcionan todavía hoy por hombres egoístas pero que alguna vez se sentaron a planear, con las menores perdidas posibles, sus intereses egoístas, individiuales, personales, narcicistas, íntimos, etc...